Todo estaba a favor de su concierto en el parque Colón de Majadahonda. Un gran abanico de sillas vacías frente al escenario daba fe de las buenas expectativas. Y es que la figura de la noche era José Manuel Soto, estrella de las fiestas de Majadahonda 2022. Y cumplió con las expectativas: llenó hasta la bandera con el público tarareando todas sus canciones.

Esto es un sitio estupendo para vivir, —declara de primeras— cerquita de Madrid, junto a la sierra, y con una gente estupenda y unas urbanizaciones muy buenas… unos centros comerciales magníficos… es un gran lugar, sin duda.

—¿Vienes mucho por Madrid?

¡Claro que vengo mucho por Madrid! Hay que venir a Madrid; si no vienes mucho por aquí es como si no existieras… Todo artista y todo profesional tiene que venir. En octubre tenemos cita en Colmenar y Boadilla del Monte.

—¿Qué te gusta hacer cuando vienes a Madrid?

Siempre me apetece ir a Casa Lucio a comer con los amigos. Aquí tengo muchos amigos, también gente de Sevilla. Siempre hay una reunión de buenos amigos para comer y tomar unos vinos y disfrutar.

—¿Hombre de rutinas o de aventura?

Me gusta la aventura. La rutina es necesaria también, no se puede vivir siempre de aventura. Pero soy viajero por oficio y además me gusta viajar en moto, me gusta viajar a caballo, la bici, el coche, me gusta navegar…Me encanta el deporte

—¿Qué te llena de orgullo?

A mí me llena de orgullo mi país. Y mi familia, mi mujer y mi hija son guapísimas y cantan de maravilla, pero no quieren cantar nunca. En 2015 hicimos una gira toda la familia y lo pasamos muy bien.

—¿Qué te inspira?

La vida, la experiencia, los recuerdos, lo que tengo alrededor. Ahora no compongo mucho, antes teníamos casi la obligación de sacar un disco al año, y eso ya no tiene sentido. Ahora es otro mercado. Yo tengo 250 canciones publicadas por ahí y la mayoría de ellas la gente no la conoce, entonces digo ¿por qué no recuperamos alguna de estas en lugar de escribir nada nuevo? 

—Un deseo, si tuvieras “El Poder”

Lo que más falta es salud. Yo quiero una varita mágica para curar a la gente que está en un hospital. Esos niños que están sufriendo…

—¿Cómo pasaste la pandemia?

Como todo el mundo. Al principio muy mal. Después ya nos fuimos acostumbrando y escapándonos como podíamos. Y después fue una época que tuvo también cosas bonitas, de vida más reflexiva, más creatividad, de estar con la familia en el campo, por eso fue una temporada agradable, porque pocas veces la vida se para uno y levanta el pie del acelerador…

—¿Volverás a la tele?

¿Por qué no? La tele es una herramienta buena para muchas cosas, lo que pasa que como casi todo se utiliza mal. Pero es una herramienta buenísima para hacer cosas buenas, y hay grandes profesionales en España. No tan buenos como hace 40 años que eran mejores que ahora. Estaba Rodríguez de la Fuente, estaba Chicho Ibáñez Serrador, Joaquín Soler Serrano… la calidad que había en la televisión de España hace 40 años era brutal. Los Payasos de la Tele. Todo era mejor que ahora.  Había música en directo y había programas con grandes entrevistas. Y La Clave, con sus debates, la gente se escuchaba y se respetaba. No son los voceríos que se forman ahora de gente chillándose unos a otros. La tele es un reflejo de la sociedad, y la sociedad se ha ido haciendo cada vez más irrespetuosa en general con todo. 

—¿Te causa perplejidad este momento que nos toca vivir?

Todo. A nosotros nos educaron en un mundo que no tiene ya nada que ver con este. Yo aprendí a escribir con los cuadernos de los palitos Rubio y ahora tenemos que comunicarnos con ordenadores y móviles. La tecnología lo condiciona todo y en la música pasa lo mismo. Lo que sigue más o menos igual, son los conciertos, que es lo más importante de esta profesión. 

—¿Y tú relación con las redes sociales? 

A mí me gusta opinar, porque me preocupan ciertas cosas que pasan y creo que tengo derecho a opinar. Una persona con un recorrido vital, pues tiene derecho a opinar, y claro, las opiniones libres pues muchas veces molestan porque se sale uno del carril y enseguida eres un fascista y no sé qué… me causan algunos problemas, pero bueno, a mí me da igual, yo voy a seguir opinando de lo que me parezca porque soy una persona libre y estoy en un país teóricamente libre… me boicotean, me ponen vetos en algunos sitios, pero yo voy a seguir más o menos igual. 

—¿Vamos a escuchar el Loco del Mar?, me pregunta una bella mujer morena.  

Sí, la vamos a escuchar, por supuesto. Se la dedico.   Ω