Bueno, bonito y barato, sí, Majadahonda tiene el mercadillo que hace la competencia a cualquier boutique de ropa, mercería, zapatería o incluso frutería. ¿Aún no has estado? Rostros muy conocidos se han dado cita entre sus puestos y tal es su fama a nivel nacional, que hasta la mismísima Reina Doña Sofía, no ha querido perderse esta joya de Majadahonda.

La primera ubicación del Mercadillo estaba situada frente a la Parroquia de Santa Catalina siendo tres días los que se ponían al público. Hoy en día puedes visitarlo martes y sábados de 9:00 a 15:00 y está ubicado en pleno centro de Majadahonda, entre las calles Erillas, Santa Catalina y Calle de la Luna.

El Mercadillo cubre cualquier necesidad que se tenga, buscas y encuentras, además de ofrecer un trato personalizado al cliente, algo que se ha perdido en gran parte de las grandes superficies o tiendas en cadena.

La mayoría de los puestos que nos encontramos son familiares, pasando de padres a hijos, nos cuenta Mariola, que desde muy pequeña ha visto la evolución del negocio textil. Entre estos puestos ha ido creciendo y aprendiendo el oficio, hasta coger el relevo. Mariola nos cuenta que en un principio el mercadillo se ponía en la iglesia, y más tarde como consecuencia de la falta de espacio se trasladaron hará unos 15 años a su ubicación actual, en el aparcamiento. Mariola se diferencia del resto de puestos por la exclusividad y la novedad de sus prendas, telas exóticas, prendas alegres y de grandes firmas “No vendo barato porque vendo género de muy buena calidad, exclusivo y en cualquier boutique costaría bastante más del doble” “He vestido a muchas caras conocidas, tengo prendas para diario y para fiestas y desde luego mi ropa no pasa desapercibida”. Con la pandemia les ha costado sobrevivir, “Ha sido muy duro, cuando retomamos la actividad aún se notaba mucho miedo”. Gracias a la gran fama que tiene el Mercadillo de Majadahonda, nada que envidiar “al Rastro” y uno de los mejores de la Comunidad de Madrid, las ganas de volver a curiosear entre los puestos no han tardado mucho en llegar y van en aumento.

Adolfo es otro de los comerciantes, lleva haciéndose cargo de su puesto aproximadamente 35 años, toda una vida. Ha estado sin trabajar toda la pandemia y relata que ha sido muy duro para ellos; Cuando comenzaron a levantar las restricciones pudieron volver a ver un atisbo de esperanza, aunque su actividad había sido doblegada a la mitad, los puestos se turnaron por días debido a las medidas de seguridad sanitarias, esto hizo que Adolfo solo pudiese comprar el mínimo de materia prima, lo que tuvo como consecuencia una disminución de la actividad mercantil.

Adolfo destaca que la evolución más característica para él, que ha tenido el Mercadillo de Majadahonda es la manera de consumo, “el Mercadillo ha hecho una conversión de lo tradicional a las nuevas tecnologías, ya no se suele pagar en metálico, sino que las tarjetas han ganado terreno y los puestos se han visto obligados a adquirir un datáfono, lo que supone para los puestos tradicionales un nuevo gasto”; “ya no es solo la gente de toda la vida, el mercadillo está tan popularizado que siempre hay gente nueva, algo muy positivo, pero que hace más difícil la fidelización de los clientes y aún más cuando hay tantísima competencia. Además, antiguamente no había tanto centro comercial por lo que, para comprar fruta o ropa, la primera opción siempre era el Mercadillo, eso no es así ahora”.

El éxito que posee el Mercadillo de Majadahonda desde el punto de vista de Adolfo, proviene de la calidad que aportan los puestos. Hablando en primera persona, Adolfo busca siempre el mejor producto al mejor precio, frente a otros mercadillos que pueden ir directamente a fabricantes más económicos para poder tener el cartel de 1€ y 3€, mientras que en Majadahonda priorizan la calidad, las prendas que duran en el tiempo y eso se refleja en los bañadores, camisas y camisetas que vende en su puesto. Camisas de lino de todos los colores, bañadores de moda y camisetas de lo más original aptos para cualquier hombre de cualquier edad.

Entre la gran variedad de puestos del Mercadillo, encontramos a Esther, que lleva haciéndose cargo 8 años de su empleo especializado en artesanía de la India. Esther realiza sus propios diseños y viaja un par de veces al año a la India para comprar telas y emplear a familias de la propia India, siempre que no trabajen con menores. Sus prendas, vestidos, faldas, camisas...están llenas de luz, de colores y telas únicas. 

Heliodoro es otro comerciante de los pioneros. En su espacio podemos encontrar fruta y verdura de su propia huerta. Anécdotas para contar todas, junto a su mujer y su hijo atienden a todos los clientes con una gran sonrisa, de la manera más profesional y cercana. Ahora que estamos en verano, da gusto acercarte por su puesto y se hace la boca agua viendo las fresas rojas, los melocotones que saben a gloria... no te equivocas si te dejas guiar por sus consejos.

El ayuntamiento de Majadahonda siempre ha mostrado su apoyo al Mercadillo y durante la pandemia no fue una excepción. Ayudó a los propietarios de los puestos reduciendo las tasas municipales que deben pagar, gesto que realmente ha sido agradecido y valorado por todos.

Un Mercadillo cuyos puestos están asignados, siendo de gran dificultad poder encontrar un sitio libre. En el supuesto caso que este quedara libre, es elegido por sorteo, teniendo una serie de requisitos para que se asegure la continuidad de gran calidad.

¿Quieres moda? La tienes, zapaterías con lo último en tendencias, de piel, de esparto, chanclas... vestidos, pantalones, faldas, monos, camisas... vaporosos, únicos, coloridos, informales, arreglados. Si quieres bolsos no vas a encontrar en otro lugar más variedad y ahora que estamos en verano encontrarás los mejores canastos. Añade a tu conjunto complementos, varios son los puestos que te ofrecen desde joyería hasta tocados de boda.

Decoración, hogar, mantelerías, cuadros... mires por donde mires tienes gusto y calidad.   Ω