En un año que viene marcado por el estigma de la inflación, las consecuencias de la guerra y la incertidumbre, en MajadahondaIn hemos querido salir a la calle para ver de qué manera encaran los majariegos tan complejo porvenir, si hay una receta que se pueda compartir para ahorrar sin caer en el desánimo.  Pero la sorpresa de las respuestas obtenidas ha alegrado esta edición del mes de enero; todas las personas consultadas invitan a mirar con optimismo al futuro y hablan con verdadera ilusión por seguir peleando con el convencimiento de que las cosas mejorarán. 

Estos son sus consejos:

Lucio, propietario de los restaurantes Rey de Bastos: “Después de pasar unas fiestas navideñas que han sido maravillosas para el sector de la hostelería, yo deseo a todo el mundo lo mejor para el año que viene. La juventud tiene que animarse, son un motor muy importante para la ilusión; hemos pasado circunstancias mucho peores y hemos salido adelante. En esta vida, lo que hay que hacer es trabajar, trabajar y trabajar; ser honrados y buenas personas. Eso que parece tan fácil es la base para sentirse bien con uno mismo primero, y después con los demás”.

Santi, propietario de El Rollo Tatoo trabaja con gente principalmente joven. Le interrumpimos en plena sesión de tatuaje de la cara de un perro en el antebrazo de su dueño; éste ha traído una foto y la reproducción es fiel. En este momento de confusión hay que tener las ideas claras para grabarse la piel, hay que tener muy claro lo que quiere uno llevar tatuado como parte de sí mismo. Es un mensaje, un lenguaje, una manera de decir este soy yo. Santi tiene que saber mucho de ilusión porque la genera a diario. Trabajo, voz, confianza, poderse realizar ellos mismos, encontrarse a sí mismos… ojalá se pudiera tatuar el destino de las jóvenes generaciones.

Nirusha Edward Fernando, propietario de la pastelería La Casita de Hansel y Gretel: Por muy mal que parezca que van las cosas, siempre hay algo que las puede endulzar. No es broma el poder que ejerce el dulce en nuestro organismo, el sistema de recompensa de nuestro cerebro, la dopamina, se activa y nos aporta positividad. Pero además de encontrar el dulce en esta pastelería artesanal, hay que saber verlo en el día a día, en las cosas pequeñas que nos facilitan o alegran la vida: un paseo, una sonrisa, una afición… hay que endulzarse la vida.

El equipo de jardineros de colegios y servicios públicos de Majadahonda en plena poda, nos invitan a cuidarnos del mismo modo que ellos cuidan nuestros árboles y plantas: cortando lo que perjudica, no dejando que crezcan las malas hierbas, sembrando ilusión, regando lo mejor de nosotros mismos y pensando que hasta de los más espinoso cactus siempre nace una flor. 

Daniel Pérez, propietario de la Taberna de Laia. Habría que mejorar las condiciones de los autónomos. Nos esforzamos por mantener la ilusión en nuestros negocios y transmitirla a la gente. Por eso yo les propongo a los majariegos utilizar el comercio local para que los pequeños comerciantes podamos desarrollar la actividad y poder vivir. Hay que consumir y fomentar el comercio local, es lo que da vida a Majadahonda, lo que nos gusta a todos es ver nuestra ciudad con vida… es muy importante en los pueblos y en las ciudades pequeñas. Además, es una manera de ahorrar, sin desplazarte más allá, y en el contacto con los vecinos creas ilusiones, las relaciones entre vecinos son muy importantes. La manera de que todos los vecinos tengan un buen servicio, personalizado y atento y de que los pequeños comerciantes podamos vivir y trabajar en nuestro municipio, que es lo que queremos. 

Jesús Belda y Juan José Vélez, taxistas. El primero pide salud y trabajo y bienestar para todo el mundo. Juan José se suma a su compañero pidiendo bienestar para todos, “que no falte la salud y el trabajo porque así estaremos bien. Los gobernantes se tienen que preocupar un poco más por el bienestar de la población. Tienen que dejar de estar peleados entre ellos, nos crispan a todos con sus enfrentamientos. Tienen que trabajar por ponerse de acuerdo y su única pelea está en que lleguen las ayudas a la gente que verdaderamente las necesita, que hay mucha gente necesitada en este momento.”

Jose Antonio Morón y Carolina Gavilares, bibliotecarios de la biblioteca Francisco Umbral. Desde un lugar tan cargado de palabras pese al silencio, tan repleto de aventuras, emociones, sabiduría, historias increíbles… parece sencillo pensar en la paz, en la tranquilidad de los días. Un libro siempre ayuda. Pero también se trata de que cada uno escriba su propio relato y hay que hacerlo con ilusión. La ilusión tiene la fuerza capaz de encarar las dificultades. Pase lo que pase, siempre hay respuestas en los libros. Los dos, magníficos bibliotecarios, amantes de su oficio, nos invitar a pasar página de lo malo y desean a todos un feliz 2023.   Ω