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UN TORERO ATRAPADO ENTRE MAJADAHONDA Y LAS ROZAS

15-09-2022 7 a.m.

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La movilización popular obligó a la guardia civil a franquearle el paso y sortear los cortes de tráfico por la llegada de la Vuelta Ciclista a España.

Por Antonio Mérida - Ocurrió el pasado domingo, horas antes de que la última etapa de la Vuelta Ciclista a España atravesara la M 505 también conocida como Carretera de El Escorial. La Guardia Civil materializó los cortes de tráfico previamente anunciados obligando a los vecinos a para sus coches. Sin embargo, entre los afectados estaba un miembro de una cuadrilla de toreros que se disponía a participar en una novillada en la vecina localidad de Galapagar. Con su correspondiente traje de luces, se dirigió correctamente a un miembro de la Guardia Civil para solicitarle el paso.


El guardia no quiso atender a razones alegando que los cortes de tráfico estaban anunciados.

-No puede usted pasar. Tendría que pagar una multa de 600 €

-Pues las pago -terció el torero. – Más dinero voy a perder si no toreo.

Pero no hubo forma de llegar a un acuerdo. El guardia aseguró que cumplía órdenes y que allí no circulaba nadie hasta que hubieran terminado de pasar los ciclistas. La imagen del profesional de luces esperando fastidiado levantó la compasión del público que seguía el incidente.

Allí se encontraban  vecinos de Las Rozas y Majadahonda , muchos de los cuales se habían acercado con sus hijos para ver de cerca a los integrantes del pelotón en su última etapa. Sensibilizados con el problema, los presentes interpelaron a la guardia civil para que dejase pasar al torero teniendo en cuenta que faltaban todavía muchos minutos para que se acercaran los ciclistas.


El asunto se tornó en conflicto cuando los vecinos advirtieron a la benemérita que, o dejaban pasar al torero, o amenazaban con tumbarse en la carretera y cortar el evento deportivo. Algunos incluso se saltaron los precintos dispuestos a cumplir su amenaza mientras el torero miraba asombrado el amago de rebelión.


Y las protestas cursaron su efecto. Los guardias consultaron con sus jefes y estos, con buen criterio, decidieron levantar el precinto, que pasara el torero y evitar cualquier conflicto. Los vecinos, movilizados, consiguieron que el torero atrapado pudiera seguir su camino y cumplir con su cita delante de los novillos de Galapagar. Los gritos de ánimo no faltaron en el momento en que la furgoneta recogía a nuestro hombre.

Y resuelto el problema, la paz volvió a la zona y con aire de fiesta los vecinos de Majadahonda y las Rozas se dispusieron a disfrutar de la inminente llegada del pelotón.

Reportaje gráfico: Dionisio Montero

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