REDACCIÓN - Dos de los pisos estaban okupados por familias con menores que han sido atendidas por los servicios sociales de urgencia de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Majadahonda. Estas familias indicaron que tenían ingresos para pagar un alquiler y que abandonarían la zona tras el desalojo.

El pasado miércoles los miembros de la empresa Desokupa intentaron desalojar el edificio de la calle de Ciriaco García García, pero los okupas, armados con armas blancas, les atacaron. Además, arrojaron piedras, objetos y hasta un televisor a los integrantes de Desokupa y uno de ellos sufrió un corte en un dedo de la mano. Los okupas también agredieron a reporteros cubriendo los hechos, y un cámara de Telemadrid fue golpeado en la cabeza.

Tras estos incidentes, el abogado de la empresa Desokupa pidió el desalojo y el lanzamiento judicial de las viviendas del edificio. El juzgado de guardia de Majadahonda autorizó el desalojo el pasado viernes y hoy se ha ejecutado. La juez argumentó en el auto la peligrosidad de los okupas, la defraudación eléctrica y el deterioro del edificio. Asimismo, indicó que los servicios sociales debían adoptar medidas previas al desalojo para la protección de las personas vulnerables.

Daniel Esteve, responsable de Desokupa, ha explicado que con el desalojo "se va de devolver la tranquilidad a los vecinos de Majadahonda". Los vecinos de la zona han manifestado su alivio porque ya no tienen que enfrentarse a los problemas generados por los okupas. El edificio fue okupado nada más terminarse su construcción el año pasado. Sus inquilinos eran jóvenes delincuentes que robaban y trapicheaban, amenazando a los residentes cercanos. Sin embargo, varios de los okupas indicaron que las personas que trapicheaban se habían marchado del edificio y que habían pagado entre 4.000 y 7.000 euros a un hombre por entrar a vivir en esas viviendas.