REDACCIÓN - En una entrevista exclusiva con "El Partidazo" de la Cadena COPE y El Mundo, Sarr relató con detalle los momentos que desencadenaron el incidente.

Según sus propias palabras, los insultos comenzaron en la segunda mitad del partido, con gritos imitando sonidos de mono y simio. Sin embargo, fue en el minuto 82, tras recibir el segundo gol, cuando los insultos racistas alcanzaron su punto más álgido: "Negro de mierda, puto negro". Sarr confesó que, abrumado por la tensión y el nerviosismo, se acercó al aficionado para dialogar, sin intención de agredir.

"No podía más. Estaba muy nervioso. Había escuchado los gritos. Estoy en Ramadán... Quería preguntarle por qué me trataba así, si tenía o no familia y podía comprenderme. No tenía intención de agredirle para nada, en absoluto. Por eso le agarré por la bufanda. ¿Cómo iba yo a pegarle? Jamás he agredido a nadie. Si me sancionan, ésta será la primera sanción que tenga en mi vida", explicó el portero.

A pesar de la tensión, Sarr destacó el apoyo inquebrantable de sus compañeros de equipo y lamentó la actuación del árbitro, quien lo expulsó sin siquiera preguntarle sobre lo sucedido. Sarr reflexionó sobre la presencia del racismo en la sociedad y abogó por proteger a quienes lo sufren, sacando a los responsables de los campos y castigándolos.

En cuanto a la posible sanción, el portero expresó su sorpresa y decepción ante la idea de ser penalizado por reaccionar ante el racismo que experimentó. Agradeció el apoyo recibido de Vinicius, su compañero de equipo, y manifestó su deseo de que todos los jugadores de color siguieran su ejemplo para erradicar el racismo del deporte.

En un gesto notable de compasión, Sarr expresó su disposición a perdonar al aficionado que lo insultó: "Todas las cosas en la vida se pueden perdonar; hay que tener cojones para pedir perdón. La verdad: lo perdonaría. Desde el fondo de mi corazón, le perdonaría".

La entrevista de Sarr arroja luz sobre un problema persistente en el mundo del fútbol y la sociedad en general, destacando la importancia del diálogo, la comprensión y la erradicación del racismo.