REDACCIÓN – Majadahonda vuelve a colocarse en el mapa por un motivo que habla de bienestar, salud y estabilidad social: sus vecinos son los que más viven en toda España entre las ciudades de más de 50.000 habitantes. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al año 2023, la esperanza de vida en el municipio alcanza los 87,08 años, una cifra que sitúa a la localidad muy por encima de la media estatal.

El dato impresiona por sí mismo, pero revela matices igualmente relevantes. Los hombres de Majadahonda viven 85,61 años, mientras que las mujeres alcanzan los 88,23. Especialmente llamativo es el aumento entre la población masculina, que sube 1,04 años respecto a 2022, un avance poco habitual en un indicador que suele moverse en incrementos mínimos. En el caso de las mujeres, la subida alcanza los 0,35 años, un crecimiento más moderado pero igualmente significativo.

Las cifras majariegas se leen aún mejor cuando se comparan con el conjunto del país. A nivel nacional, la esperanza de vida se sitúa en 84,01 años, tres menos que en Majadahonda. Según el INE, publicado el pasado 19 de noviembre y referido ya a 2024, la Comunidad de Madrid es además la región más longeva de España con 85,6 años, reforzando el papel del entorno madrileño como espacio de referencia en salud, servicios y calidad de vida.

Una ciudad que envejece bien: programas, comunidad y espacios verdes

Detrás de estos datos hay una realidad que quienes viven en Majadahonda reconocen con facilidad: el municipio impulsa desde hace años políticas orientadas a un envejecimiento activo y a combatir la soledad no deseada, dos pilares en los que el Ayuntamiento asegura haber volcado esfuerzos desde el inicio del mandato de la alcaldesa, Lola Moreno.

Lejos de limitarse a un conjunto de actividades, la estrategia implica a todas las concejalías. Desde Bienestar Social, Familia y Mayores se han puesto en marcha programas y talleres destinados a mejorar la salud física y emocional, fomentar las relaciones sociales, reforzar la memoria o descubrir nuevas aficiones. El Centro de Mayores “Reina Sofía” se ha convertido, en este sentido, en un auténtico punto de encuentro. Solo este año ha ofrecido casi 2.600 plazas entre cursos, charlas y actividades culturales, muchas de ellas con un enfoque intergeneracional que fortalece los vínculos entre mayores y jóvenes.

La actividad física es otro de los motores de esta longevidad. La Concejalía de Deportes mantiene programas diseñados específicamente para mayores de 60 años, como Mayores en marcha, pilates, yoga o petanca. Entre todas estas actividades, cerca de 1.000 personas participan de forma regular, una cifra que evidencia la importancia del deporte como herramienta de salud.

Entorno natural y ciudad accesible: dos claves silenciosas

Majadahonda es también una ciudad que invita a caminarla. No es solo un municipio con parques bien distribuidos: es un entorno que Naciones Unidas ha reconocido como “Ciudad de los árboles”, y que además puede considerarse una “ciudad de los 15 minutos”, donde los vecinos tienen a su alcance —a pie o en bicicleta— servicios esenciales sin grandes desplazamientos.

Espacios como el Monte del Pilar o La Dehesa funcionan como pulmones verdes que facilitan la actividad al aire libre, las relaciones sociales y una vida cotidiana más pausada. Elementos que, sin aparecer en las estadísticas, pesan tanto como cualquier parámetro sanitario.

Un dato que trasciende las cifras

Hablar de esperanza de vida es hablar de años, pero también de cómo se viven esos años. En Majadahonda, esas vidas más largas parecen estar sostenidas por una combinación de políticas públicas, tejido social sólido, servicios accesibles y un entorno que favorece la salud física y mental.

Los datos del INE dibujan un municipio que no solo crece, sino que cuida. Y aunque las cifras hablan de longevidad, el trasfondo apunta a algo más profundo: una comunidad que envejece acompañada, activa y con una calidad de vida que sigue marcando diferencias respecto al resto del país.