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EL HISTÓRICO EDIFICIO “ROSA AGAZZI” RENACERÁ COMO ESPACIO VECINAL TRAS AÑOS DE ABANDONO

27-09-2025 10:22 a.m.

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Vecinos y colectivos sociales celebran que el Ayuntamiento de Majadahonda destine el inmueble a un uso cultural, social y educativo tras una larga lucha ciudadana.

Redacción Majadahonda – Después de años de proyectos frustrados, abandono y protestas vecinales, el emblemático edificio “Rosa Agazzi”, ubicado en pleno centro de Majadahonda, volverá a abrir sus puertas. El Ayuntamiento ha aprobado las obras para recuperar este espacio, que será destinado a actividades sociales, culturales y educativas, cumpliendo así una reivindicación ciudadana que se remonta a más de una década.

La decisión supone un giro en la política del consistorio, que durante años mantuvo propuestas para transformar el inmueble en un coworking o en un centro de empresas. Iniciativas que, según denuncian asociaciones locales y parte de la oposición, nunca llegaron a contar con el respaldo ciudadano ni con una viabilidad real.

Una victoria colectiva

El concejal de Más Madrid – Izquierda Unida, Daniel Pérez, celebró el anuncio como “una victoria colectiva” y subrayó que el camino hasta este punto ha sido largo. Recordó que ya en 2017 más de un millar de vecinos firmaron una petición para que el “Rosa Agazzi” se rehabilitara como centro educativo, cultural o social.

“Por fin el PP entra en razón, deja a un lado proyectos sin sentido y escucha lo que los vecinos y vecinas venían reclamando desde hace años. El ‘Rosa Agazzi’ no podía seguir cerrado y vacío”, señaló Pérez, destacando tanto la presión ciudadana como el trabajo político sostenido en los plenos municipales.

Un espacio con memoria

El edificio “Rosa Agazzi” no es un inmueble cualquiera. Fue la primera escuela infantil pública de Majadahonda, y su recuperación supone, además de una oportunidad de dotar a la ciudad de un nuevo equipamiento, la preservación de una parte de la memoria colectiva.

La iniciativa abre ahora un nuevo capítulo para un espacio protegido que llevaba demasiado tiempo vacío y que, según colectivos sociales, debía recuperar su vocación original: estar al servicio de los majariegos.

Con esta decisión, Majadahonda se prepara para dotarse de un centro que quiere ser mucho más que un edificio: un símbolo de participación ciudadana y de compromiso con la vida comunitaria.

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