REDACCIÓN - La jornada del domingo dejó un sabor amargo en el fútbol español, no por lo sucedido dentro del campo, sino por lo que ocurrió al término del partido. El Rayo Majadahonda, que acababa de sellar una valiosa victoria por 1-2 frente al Sant Andreu en el estadio Narcís Sala, se vio envuelto en un episodio violento e injustificable: el autobús que transportaba al equipo fue apedreado a su salida del recinto deportivo por un grupo de ultras con camisetas del conjunto catalán.

El encuentro, correspondiente a la vuelta de la eliminatoria por el ascenso a Primera RFEF, finalizó con la clasificación del equipo majariego gracias al empate sin goles de la ida y a los dos tantos marcados en tierras catalanas. Sin embargo, la alegría por el triunfo deportivo se vio empañada por este incidente, que puso en peligro la integridad de jugadores y cuerpo técnico.

Según se ha difundido en redes sociales, fueron los propios miembros del plantel majariego quienes grabaron los momentos de tensión desde el interior del autobús, mientras una lluvia de piedras impactaba contra el vehículo. En las imágenes, se escuchan gritos de incredulidad y temor, en contraste con la euforia que minutos antes se vivía por el pase a la final del playoff.

Por fortuna, no se han reportado heridos, aunque el suceso ha generado indignación tanto en Majadahonda como en el conjunto del fútbol modesto español, que una vez más se ve manchado por la violencia de una minoría que confunde pasión con agresión.

Desde el entorno del club majariego se espera que se identifique a los responsables y se adopten medidas ejemplares.