Redacción Majadahonda IN - La vida, a veces, nos regala una segunda oportunidad para aprender aquello que quedó pendiente. Y Majadahonda ha vuelto a abrir esa puerta. Este martes se han abierto las inscripciones para una nueva edición del programa Aula UAM+50, un espacio diseñado para que las personas mayores de 50 años sigan descubriendo, explorando y compartiendo conocimientos desde una perspectiva universitaria y cercana.

Fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Majadahonda y la Universidad Autónoma de Madrid, el programa se desarrollará en el Auditorio Alfredo Kraus, con clases presenciales dos días por semana y una duración de 1,5 horas por sesión. La iniciativa comprende dos cuatrimestres: el primero, de septiembre a enero; y el segundo, de febrero a mayo.

Este año se han programado cuatro cursos independientes que invitan a sumergirse en áreas tan diversas como las finanzas personales, la psicología, la salud emocional o los misterios de la ciencia. Una oferta variada que responde a intereses diferentes, pero que comparte un mismo objetivo: hacer de la educación un viaje permanente, sin fecha de caducidad.

El curso “Cómo gestionar tus finanzas personales” comenzará el 8 de septiembre y está orientado a ofrecer herramientas prácticas para manejar la economía doméstica con mayor seguridad. También desde septiembre se impartirá “Personalidad y Bienestar II”, centrado en entender cómo nuestra forma de ser puede influir positivamente en la salud y el bienestar general.

Ya en enero de 2026, arrancarán dos nuevas propuestas. “Comprender el mundo que nos rodea” abordará los fundamentos de la psicología social, mientras que “Misterios de la ciencia moderna” abrirá una ventana a los grandes enigmas del universo y la vida desde la física y la biología.

Las personas empadronadas en Majadahonda podrán beneficiarse de un precio reducido de 175 euros por curso, frente a los 250 euros de matrícula general. También existen tarifas especiales para antiguos alumnos y amigos de la UAM.

Porque aprender no es una cuestión de edad, sino de actitud. Porque la curiosidad no se jubila. Y porque, como han demostrado tantos participantes en ediciones anteriores, siempre hay tiempo para volver al aula.